Andreas Schedler
Introducción
En política comparada, estudiamos los regímenes políticos, pero no en condiciones que nosotros mismos creamos. Nuestra agenda cambiante refleja realidades cambiantes. En los últimos 50 años, nuestras olas temáticas subsiguientes siguieron los movimientos y estados de ánimo de la época: el colapso de las democracias, las transiciones a la democracia, la consolidación democrática, la propagación del autoritarismo electoral y ahora las regresiones democráticas en la “tercera ola de autocratización” (Lührmann y Lindberg, 2019; ver también el Capítulo 3 de este manual). En estos cambios temáticos, a veces acumulamos conocimiento y a veces lo desperdiciamos. A veces seguimos tejiendo hilos de debate y a veces los perdemos o los abandonamos. En esta contribución, deseo conectar dos líneas de investigación que se han desconectado extrañamente, a pesar de sus afinidades estructurales: el estudio de las transiciones hacia y desde el autoritarismo electoral.
En la mayoría de los casos dentro de la “crisis global de la democracia” contemporánea (Diamond, 2019), la “muerte” de las democracias no ha sido “rápida” sino “lenta” (O’Donnell, 1992). Los golpes militares y ejecutivos continúan derrocando regímenes democráticos (ver Tansey, 2017). Sin embargo, la transición modal del gobierno democrático en la actualidad se desarrolla como un “proceso lento y a veces opaco” de “avances autoritarios sucesivos” (O’Donnell, 1992, pp. 19, 33) en manos de gobiernos elegidos. La terminología para describir tales transiciones autoritarias aún no está resuelta (Keck, 2023). Para enfatizar su elemento definitorio de agencia, me referiré a ellos como procesos de “subversión democrática”, lo que implica, de manera poco convencional pero apropiada, la designación de los gobiernos como agentes subversivos. Estas transiciones de la democracia son los contrapartes exactos de las transiciones del autoritarismo electoral. Ambas son incrementales y giran en torno a elecciones disputadas y luchas institucionales dentro del marco formal de la democracia liberal. Sin embargo, los debates sobre las transiciones electorales de y hacia la democracia parecen estar en gran medida desconectados entre sí.
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