La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta poderosa con el potencial de beneficiar a la humanidad en diversos ámbitos. Sin embargo, también plantea serios desafíos éticos y políticos, especialmente en lo que respecta a su gobernanza y su impacto en la democracia.
Preocupaciones Éticas y Gobernanza de la IA
Un informe del Comité de Inteligencia del Parlamento del Reino Unido sugiere que la IA debe desarrollarse para el bien común y el beneficio de la humanidad. Aunque es fácil imaginar cómo la IA puede contribuir al bien común, como en la medicina y la atención médica, donde las herramientas de diagnóstico impulsadas por IA pueden permitir diagnósticos tempranos de enfermedades, también es cierto que estas tecnologías pueden crear desigualdades y hacer obsoletas algunas profesiones, lo que hace que la afirmación de que la IA contribuye al bien común sea controvertida.
Definiendo el Bien Común
El concepto de “bien común” tiene una larga historia en la filosofía política, pero a menudo se descuida en las discusiones sobre la ética de la IA. La pregunta clave es: ¿quién define el bien común y cómo se hace? En una sociedad democrática, la gobernanza de la IA debe ser inclusiva y permitir la participación activa de los ciudadanos en su definición y aplicación. Esto es esencial para evitar un enfoque tecnocrático o autoritario que ignore la diversidad de opiniones y la necesidad de deliberación pública.
El Déficit Democrático en la Gobernanza de la IA
Actualmente, hay una brecha democrática en la gobernanza de la IA. Muchas veces, los responsables políticos y las corporaciones multinacionales pasan de nociones vagas del “bien común” a medidas legales y operaciones técnicas específicas sin un proceso transparente y democrático. Por ejemplo, el proceso hacia la Ley de IA de la UE avanzó de principios a textos legales concretos sin una discusión amplia y transparente sobre lo que significan los bienes comunes como la seguridad y cómo deben equilibrarse con otros valores.
La Importancia de la Educación Cívica
Para que la IA contribuya al bien común, es necesario un enfoque educativo que promueva la participación activa de los ciudadanos en la gobernanza de la IA. Esto implica desarrollar habilidades críticas y deliberativas y fomentar una mejor comprensión de las tecnologías y sus implicaciones éticas y políticas. La educación cívica debe enseñar a las personas a participar creativamente en la sociedad y en la definición del bien común.
Conclusión
Asegurar que la IA contribuya al bien común requiere un reconocimiento de su dimensión política intrínseca y un enfoque democrático e inclusivo en su gobernanza. La participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones
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