Teresa González Luna Corvera
La educación en las sociedades democráticas, al presuponer que todas las personas son sujetos de derechos y los adultos son ciudadanos, tiene como una de sus principales finalidades la formación cívica, aunque no siempre se haga explícito este propósito. Por esta razón, el desarrollo de la democracia moderna ha estado ligado a las políticas educativas implementadas por los Estados.
De acuerdo con los resultados de diversos análisis comparativos entre países y, al interior de cada país, entre grupos sociales e individuos, existe una fuerte correlación positiva entre escolaridad y democracia. Una larga tradición de investigación empírica, que se remonta a mediados del siglo pasado con los estudios clásicos de Lipset, Almond y Verba, y que ha sido revisada y puesta al día con los de Putman e Inglehart, entre otros, ha argumentado convincentemente que la educación es uno de los principales factores que influyen en el desarrollo democrático.
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